
Los hermosos pueblos del Perigord Blanc, el PaÃs del Hombre.
Périgord forma parte de la región francesa de Aquitania, a medio camino entre los Pirineos y ParÃs. Desconocemos quien, pero alguien tuvo la ocurrencia de dividir la región en colores. Asà nos encontramos el PerÃgord blanco, el rojo, el verde y el negro. Negro por la sombra de los bosques de encina; rojo por sus viñedos; blanco por sus piedras; y verde por sus extensas campiñas.
Conocida también con el PaÃs del Hombre, aquà habitaron nuestros predecesores, el Hombre de Cromagnon, el Musteriense y el Magdaleniense, lo que convierte esta región en una de las zonas prehistóricas más importantes de la Tierra. Tras ellos vinieron los romanos (quienes fundaron Vesuna, hoy Périgeux, la capital) y después, visigodos, árabes… En definitiva, una región llena de turbulentas historias de pillajes, guerras y luchas religiosas.
Como la región da mucho de sà y es muy extensa comenzaremos nuestro paseo por Périgord negro.
Es aquà donde el hombre empieza su historia, el lugar donde nos encontramos las primeras imágenes de su vida. El lugar del que debemos partir para ir en busca de ese primer testimonio gráfico del hombres es Montignac, desde hay nos acercaremos a las cuevas de Lascaux. Descubiertas en 1940, las pinturas rupestres de Lascaux nos sorprenden con un extraordinario escenario prehistórico por donde desfilan renos, caballos, cuervos…
Desde Montignac bordeando el rÃo Vézère llegaremos a Le Moustier o Les-Eyzies-de-Tayac, conocido como la Capital Mundial de la Prehistoria a causa de su patrimonio prehistórico único, entre otras muchas cosas nos encontraremos con la grutas más antigua que se conoce, la del Hombre de Cromagnon. En Les Eyzies no podemos dejar de visitar el magnifico Museo Nacional de la Prehistoria.
La ciudad está llena de numerosas grutas, cuevas y viviendas trogloditas, cuya historia se remonta a más de 28.000 años. Fue aquÃ, en 1868, durante la construcción de un ferrocarril, que se descubrió una vivienda en la roca que contenÃa los restos óseos de los primeros Homo sapiens tempranos de la era del PaleolÃtico Superior Europeo – el hombre de Cro-Magnon. Una de esas aldeas trogloditas que podemos visitar es Roque Saint Christophe.
Les Eyzies fue a la vez una pequeña aldea vinculada al señorÃo de Tayac. Durante los siglos octavo y noveno que probablemente tenÃa una población bastante grande, como lo demuestran las numerosas moradas trogloditas y la presencia de grupos de edificios fortificados contra los invasores Vikingos. Los acantilados están plagadas de elevados puestos de vigilancia conocidos como cluzeaux aeriens, cámaras artificiales cortados en los acantilados de piedra caliza tan alto que nos preguntamos cómo alguien alguna vez pudo subir hasta allÃ.
La Grotte de Font-de-Gaume, a las afueras de Les Eyzies, cuenta con más de 200 pinturas y grabados de bisontes, caballos, mamuts y renos, asà como un par de figuras humanas estilizadas. El Abri de Laugerie Basse es otro refugio de piedra conocido por la gran cantidad de herramientas y artefactos que fueron descubiertos en el lugar, incluyendo una escultura de un caballo y otro de una figura femenina.
En Abri de Cro-Magnon, donde se produjo el famoso descubrimiento de los Cro-Magnon. El refugio del hombre de Cro-Magnon y otros muchos, se han cerrado al público por motivos de conservación.
Disfrutar de la ruta de los Castillos, se dice que hay 1.001, es otra de las posibilidades que nos ofrece esta zona del Périgord negro. No son tan conocidos como los de Loira, ni tan ricos y refinados, pero con una ubicación siempre perfecta, y muchos aun se pueden visitar.
Desde tiempos remotos los valles de Dordoña y sus afluentes han sido el camino real entre el Limousin y Burdeos. Una zona muy rica, lo que la hacÃa muy atrayente para los bandoleros. La población de la zona, cansada de tanto asalto y pillaje, necesitaba protegerse. Este es el motivo de por qué por todas partes se ven torreones y pequeñas fortalezas.
Magnifico el castillo de Hautefort, un poco más al norte de Montignac, con unos preciosos jardines del Renacimiento estilo francés y bellÃsimas vistas sobre el valle. Salignac, uno de los más antiguos; Monfort, Beynac…
No podemos abandonar la zona sin visitar el pintoresco pueblo de La Roque Gageac, uno de los pueblos más bonitos de Francia, considerado como tal después de Saint Michel y Rocamadur, o las numerosas ‘bastides’ que a lo largo del Dordoña nos esperan.
Las bastides, son unas ciudades construÃas entre los años 1100 y 1300, durante el largo periodo de hostilidades que siguió al matrimonio, celebrado en 1152, entre Eleonor de Aquitania y Enrique Plantagenet, futuro rey de Inglaterra, y que creó una larga sucesión de enfrentamientos con la corona de Francia. Estos pueblos, con las calles en ángulo recto, con torres de defensa en las cuatro esquinas de la ciudad, nacieron gracias a la colaboración de los campesinos, quienes contribuÃan a su construcción a cambio de ventajas fiscales y una pequeña propiedad extramuros.
De entre todas las bastides destaca Domme, lugar que encarna un perfecto equilibrio entre la Naturaleza y la arquitectura. Domme fue construida en 1280 gracias a la astucia del rey Felipe el Atrevido quien, además, tuvo la ingeniosa idea de acuñar una moneda que solamente tenÃa valor dentro de la ciudad. El objetivo de las bastides era muy claro: se trataba de construir una pequeña fortaleza autosuficiente en la que poder defenderse ante cualquier ataque.
Otra parada obligatorÃa antes de irnos es Sarlat, la joya del Périgord negro, una de las ciudades más bellas de Francia.
La ciudad de los privilegios que en tiempos le fueron otorgados por la Corona como reconocimiento a su lealtad durante la Guerra de los Cien Años, acoge dos tesoros admirables y dignos de visitar: su conjunto de fachadas (las hay medievales, renacentistas y del siglo XVII) que ha sido reconocido como uno de los más ricos de Francia, y su mercado dominical, el más importante del paÃs en cuanto a compras de foie gras se refiere.
En sus calles, diversas flechas indican los recorridos histórico-turÃsticos más interesantes de la ciudad. No se las pierda.
Durante los meses de Julio y Agosto se celebra en ella un importante festival de teatro que sabe sacar muy buen partido de la excelente escenografÃa que ofrece la plaza de la catedral en la que se levanta el escenario.
Texto originario: